Cuando aprendemos algo nuevo: un nuevo lenguaje de programación, un nuevo formato (html, markdown…), normalmente usamos el “¡Hola Mundo!”, esa mínima línea de promesas infinitas. Aquí en filobyte.space, ese saludo inicial no es solamente un texto automático: es un recordatorio de que todo pensamiento y todo programa comienza con un pequeño gesto: Hello world!